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Los M3 toman el poder en la Subida Villa de Moya

  • Armas se quedó a décimas del récord que Ponce estableció en 2010
  • El herreño Zósimo Hernández se estrenó con victoria en el grupo N
  • No hubo reclamaciones ni verificaciones técnicas de oficio

Había mucho interés por ver qué pasaba con los tres BMW M3 que, por lo menos sobre el papel, tenían que ganarse un puesto en el podio final de Moya. Todos daban por hecho que tras la progresión de Modesto Martín con el 996 GT3 en Arucas y la presencia de ‘Chicho’ Acosta con el 997 GT3, otra vez los Porsche iban a ser los que marcaran la pauta. Pero los 6,45 kilómetros de esta rampa no son cualquier cosa, y aquí sólo los acostumbrados a bailar al son que impone un recorrido montañero con solera pudieron buscar un buen registro con el que alcanzar esos puestos de cabeza.

Además, llevaba tantos días coleando el asunto de la legalidad o no de algunos BMW M3 que sus pilotos llegaban sobre motivados a Moya. El ambiente estaba enrarecido, es cierto, pero en lo deportivo lo bueno es que ninguno de los implicados quiso dejarse ni una décima en el camino y eso se notó casi desde entrenamientos. No se oyó a Iván Armas hablar de dar espectáculo, sólo de ir más y más rápido; José Mari Ponce intentó mejorar sus cronos aquí montando slicks en el tren trasero durante esa primera manga de la mañana y Ányelo Padrón se dejó la piel en una rampa que nunca se le ha dado bien.

Armas, que había sido segundo aquí en dos ocasiones -2008 y 2009-, lleva años tomándole la medida a Moya. En entrenamientos dio el primer aviso al sacarle cinco segundos a Ponce, nada contento con esa prueba con unos neumáticos lisos que hacían a su M3 muy inestable. La respuesta fue rápida y enérgica: en la primera oficial bajaba en cinco segundos ese primer tiempo de referencia en turismos y se acercaba a tres segundos de su propio récord del grupo TA. Ponce sonreía camino de regreso a su asistencia: “Todavía se puede bajar tiempo. Se puede bajar…”.

Como en Arucas, su rival le iba a obligar a estar muy cerca de su récord y sólo así espantaría la posibilidad de perder en meta. Pero Iván Armas volvió a demostrar que no es ni sombra del piloto que fue. El espectáculo y las cruzadas son un medio, pero no el fin y al comprobar que con el asfalto hirviendo por los más de treinta grados de temperatura ambiente los slicks no funcionaban bien, montó unos moldeados de compuesto blando que fueron perfectamente en la segunda manga.

A José Mari no le fue tan bien como esperaba. Concentrado en perder el menor tiempo posible en las curvas, erró en la elección de un cambio en un sector muy rápido del recorrido y ya le fue imposible romper la barrera del 3:59. Armas, en cambio subió como un cohete para marcar un 3:56.935, a menos de nueve décimas de ese récord y con el mérito añadido de conseguirlo con un asfalto con mucho menos agarre que en diciembre de 2010, cuando se celebró la sexta edición de esta prueba. Para el de Marzagán era su segunda victoria absoluta en montaña tras la lograda en San Bartolomé en la temporada 2008. Ponce, por su parte se lamentó de que esa temperatura tan elevada había afectado a las prestaciones del motor de su BMW.

Ányelo Padrón no estuvo a la altura de este dúo. Llevaba tiempo avisando que Moya no le gusta y que ahí estaban sus cronos para evitar suspicacias. Aún así y aunque lejos de sus compañeros de marca, llegó a presentar sus credenciales para estar tras ellos en el podio. Quinto en entrenamientos, tercero en la primera oficial y, finalmente, cuarto tras el último sprint del palmero ‘Chicho’ Acosta que con su 4:05.629 rompió esa hegemonía BMW.

El palmero había sido baja en Arucas por problemas de salud y no había podido preparar en condiciones esta sexta prueba del Campeonato de Canarias de Montaña, certamen que llegó a liderar tras sus dos victorias consecutivas logradas en La Gomera y El Time. Primero fueron unas obras en la carretera, luego la niebla y, más tarde, unos problemas de última hora con la caja de su Porsche 997 GT3 que empezó a perder aceite la noche antes de la carrera. Acosta tuvo que emplear las dos primeras ascensiones como reconocimiento, con el agravante de que el calor hacía muy subviradores a los GT.

Para colmo, en entrenamientos se despistó a la hora de tomar la salida y fue penalizado con veinte segundos, por lo que cayó a la decimosexta plaza. Noveno en la primera oficial, empezó a hilar con mayor convicción la sucesión de curvas de esta rampa y en la segunda, la manga final, marcó ese registro que lo situó tercero. Unos valiosos puntos de cara a coger aire de nuevo en la provisional del campeonato en el que había caído a la tercera posición.

La quinta posición fue para el herreño Zósimo Hernández, que aquí estrenaba por fin su nuevo Mitsubishi Lancer Evo VII después de estar muchos años sin salir de su isla. En su caso, la progresión también fue constante debido a que aprovechó cada paso por la asistencia para ir trabajando en las suspensiones y los primeros kilómetros para familiarizarse con él. A pesar de ello y de su pilotaje casi sobre raíles, desde la primera oficial se enganchó al carro de los que se iban a jugar el Grupo N. En la segunda sólo tuvo que remachar el triunfo con su 4:06.917 que aunque lejos del récord de Vicente Bolaños, no deja de tener mérito, ya que se impuso a José Luis Barrios (Subaru Impreza WRX STi) y a Gustavo Bolaños (Mitsubishi Lancer Evo VII), dos pilotos mucha mili en sus respectivos coches. Aún así, se quejó de que los diferenciales de su Evo no están bien tarados.

Barrios venía a probar el nuevo embrague de su Subaru y aunque se repetía una y otra vez que no venía a correr, acabó metiéndose en harina, perdiendo el grupo N por menos de un segundo y arrebatándole la segunda plaza y séptima absoluta a Bolaños por sólo 46 milésimas.

Con Armas, Ponce y Padrón sometidos a la dictadura del crono, el tinerfeño Cristo Padilla (BMW M3) fue el que monopolizó el espectáculo puro, al menos entre los que fueron capaces de situarse entre los diez primeros y a pesar de no poder mejorar su tiempo de la primera manga. Su paisano Ayoze Campos (Renault Clio 2.0), que tiene una buena sintonía con esta subida, fue noveno por delante de Miguel Quintino (BMW M3) y de Modesto Martín.

El ganador en Arucas tuvo la cruz en la Villa de Moya. Todo lo que fue rodado en su estreno unas semanas atrás aquí fue al revés, algo en lo que ayudó el trazado de esta rampa, mucho más técnica que la que abrió el provincial de Las Palmas de montaña. En entrenamientos salió tarde, penalizado, y en tramo se encontró con muchos problemas para no perder el Porsche 996 GT3 en las curvas por falta de agarre. Iba a salir a la primera oficial con la idea de hacer algunos cambios en el setting de la amortiguación pero no pudo hacerlo al llenarse por un descuido el sistema de admisión de aceite. A contrapié y resignado a no poder estar entre los mejores, intentó dar rienda suelta a su faceta drifter para alegría de los aficionados que volvieron a agolparse en las cunetas.

Papelón de García

Tras Martín y con un meritorio duodécimo puesto absoluto en turismos, Santiago García (Opel Ascona SR) se llevó el Grupo H con honores. Rompió la polea del cigüeñal del motor de su coche en entrenamientos y después de conseguir un recambio a muchos kilómetros y tras perderse la primera oficial, subió y logró un nuevo récord en esta categoría: 4:18.108. Rayco de la Fe, con su Opel Corsa GSi con sonido de un ‘Evo Grupo A’ acabó decimotercero en su regreso a las carreras tras La Pasadilla de 2009 superando en la general de turismos al ganador del Trofeo de Promoción Talleres Multimarca ENMA, el lanzaroteño Aythami Afonso (Citroën Saxo VTS). En este apartado, la carrera perdió ya en entrenamientos a Daniel Santana, a quien se le prendió en llamas el motor de su Honda Civic y tuvo que retirarse.

Por último, en barquetas finalmente hubo un solo participante tras la baja del tinerfeño Diego Rodríguez. A pesar de ello, el local Julián Falcón se empleó a fondo con su Speed Car GT 1000 y además de sumar el máximo de puntos de cara al provincial, renovó el viejo récord de CM que obtuvo Modesto Martín el pasado año.

Respecto a las famosas reclamaciones o la posibilidad de que la FCA instaure las verificaciones técnicas de oficio tras cada prueba, después de dos días corriendo ríos de tinta –por lo menos virtual, la de los medios digitales- y llenando minutos de radio, no llegó la sangre al río. No hubo ni una ni otra cosa, y finalmente ninguno de los participantes decidió abrir motu proprio el motor de su coche para acabar con los rumores y acusaciones.

[Ver clasificación final VII Subida Villa de Moya]

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Comentarios

1 Fatalyty Cuando gana un coche viejo con sponsor de desguase con rueda de segunda mano?? esto puff...Mas ke pena de ponce esto es empezar ha arrastracer TRAIGASE un coxe ganador u dejelooo pues mi corazon y el de muxosss viejos aficionados No estamos preparado para ver Asi a nuestro Campeon de España Jose Maria Ponce y van 2 pio pio Saludo a la mejor y entendida Aficion del mundo Mudial pepe 04:41 03/07/2011

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