Victorino, o Víctor, como le gusta que le llamen, acostumbra a tener los pies muy en el suelo y esta victoria, la primera de toda su carrera deportiva que logra en el Campeonato de Canarias de Rallys, no le ha hecho despegar ni un solo centímetro. Por supuesto que hay felicidad, pero insiste en que la logró sin los pilotos que han cortado el bacalao a lo largo de esta primera mitad de temporada. “Digo lo mismo que dije cuando me pusieron el número uno en la lista de inscritos: no estaban los pilotos de mayor calidad y, en condiciones normales, hay que ser conscientes de que un Grupo N como el mío nunca podrá ganar a un WRC o un GT”.
Pero el regional no es su guerra, sino el Campeonato Insular de La Palma de asfalto, y aquí el hecho de sumar el máximo de puntos es una buena forma de empezar a poner los cimientos de un título que ansía. “Son seis pruebas y rallys como éste o el Isla Bonita tienen un coeficiente muy alto, así que era muy importante no fallar”. Sobre todo cuando quien acecha desde atrás es ‘Chicho’ Acosta y lleva un Porsche 997 GT3. El sábado un trompo, un problema de cambio y la rotura del cable del acelerador lo anularon pronto, pero Concepción da por hecho que este año no va ni a olerlo en montaña. “En Barlovento, que es una subida con medias de velocidad muy altas va a ser imposible estar a su altura. Ha mejorado mucho y sin todo lo que le pasó, podría haber estado peleando conmigo por el primer puesto. Mientras tanto, voy a disfrutar el momento”.
Los tropiezos e inconvenientes de Acosta, Miguel Ángel Suárez o Edgar Morales allanaron el camino hacia el triunfo en la primera de las dos pruebas del regional canario de rallys que se celebra en La Palma, por ello el menor de los hermanos Concepción afirma que no quiso perder la concentración en ningún momento para evitar cometer errores. “Se lo dije a Toño: había que seguir con la cabeza en la carrera y por eso no aflojamos demasiado hasta la última sección. Ahí avisé al equipo que no se preocuparan si empeorábamos mucho nuestros cronos”, recuerda. Sin embargo la sorpresa fue que tranquilo, haciendo las trazadas lo más suave posible, los tiempos en vez de subir, bajaron en algunas especiales. “Sin barrer las cunetas, sin agresividad, forzando poco el coche pero corriendo, los cronos bajaron… Siempre se aprende algo y el sábado entendí que siendo limpio en las trazadas y sin ser tan incisivo, se puede ir mejor todavía”.
Aunque fue un rally plácido, tras la primera sección del viernes parecía que de los cuatro aspirantes al triunfo, él era el que menor número de boletos tenía en el bolsillo. El doble paso por el pequeño tramo de Las Angustias lo dejó cuarto a más de cinco segundos. En la cabeza del piloto del equipo Vicon Racing no cundió el pánico, todo lo contrario. “Les había dicho a mis mecánicos que para nosotros la carrera empezaba el sábado. Sabía que por el recorrido iba a ser complicado estar en cabeza, pero es verdad que uno siempre guarda esa esperanza de estar lo más cerca posible, pero me fui a dormir tranquilo”, afirma.
Su hermano Santi, que seguía el rally a través de la radio y pendiente de los registros de cada control stop, no tuvo que darle muchos consejos a Víctor en su día grande. Hace un año que estrenó el Mitsubishi Lancer Evo IX ex Yeray Lemes y sin embargo parece que lo lleva conduciendo toda la vida, así que sólo tuvo que recordarle antes de esa última sección que aflojara. Él le hizo caso, pero sólo a medias. “Necesito notar que el coche va con las inercias de cuando estás yendo rápido. Es así como disfruto y siembre busco esas sensaciones”, afirma el nuevo líder del insular palmero y cuarto ganador de la temporada de rallys tras Toñi Ponce, Marco Lorenzo y Alfonso Viera.
En lo que queda de año, lo único seguro es que hará las otras cuatro pruebas del certamen de su isla natal y, si cae del cielo, alguna otra salida fuera para poderse quitar el mal sabor de boca del Rally Isla de Gran Canaria, donde la rotura de un tubo del turbo de su coche lo dejó sin poder jugarse el grupo N con Vicente Bolaños.
