Sin duda se encontraba en el bombo de favoritos pero el dominio ejercido por Miguel Fuster en el pasado Rally Príncipe de Asturias y la basa de Sergio Vallejo, ganador aquí el año pasado, restaban protagonismo al asturiano en la mayoría de titulares. Alberto Hevia ha vuelta, favorecido por las condiciones lluvia que arreciaban a primeras horas de la mañana, si, pero ha vuelto. Así se intuía tras sus actuaciones en Ferrol y ‘El Príncipe’ pero no ha sido hasta esta nueva edición del Rally Villa de Llanes donde el piloto del Skoda Fabia Super 2000 ha terminado de desatarse de su mal fario para reivindicar sus galones como actual campeón de España de Rallys.
El recorrido dispuesto por la organización obligaba a los participantes a salir ‘enchufados’ desde el primer kilómetro. Los 11,37 kilómetros de la especial de Tornería se convertía en un fantástico aperitivo con la vista puesta en el tramo de Valle Oscuru (25,43 km) completando así un primer bucle que se repetiría en dos ocasiones y en el que todos los participantes se quejaban de lo deslizantes y sucios que se encontraban los tramos.
Hevia daba el primer zarpazo a la clasificación scratch. Y el segundo, y el tercero, y el cuarto. Las diferencias no eran escandalosas pero suficientes para encauzar una clasificación parcial en la que poco a poco se iban acumulando segundos sin que nadie pudiera remediarlo (37,2 seg. respecto al segundo clasificado tras superar las dos primeras secciones). Primero Vallejo, luego Fuster y Xevi Pons, ninguno fue capaz de poner freno al estado de gracia en el que el asturiano nadaba a sus anchas.
El más incisivo, sin duda, el catalán. Mucho más cómodo que en anteriores participaciones y sin la precisión ejercida por su titularidad a los mandos del Ford Fiesta Super 2000, se encargaba también de romper los pronósticos que lo situaban a la cola de este pelotón. Xevi rescataba en tiempo récord las sensaciones acumuladas en su memoria y a bordo de su nuevo Mitsubishi Lancer Evo X arrancaba también un buen puñado de segundos a los pilotos de Porsche enfangados en una batalla muy poco fructífera para unas y otras intenciones. A Fuster le podría valer cualquier resultado que lo situara en la órbita de Pons pero y ¿Sergio Vallejo? Participar está bien pero el gallego quiere ganar. Recobrar el feeling que le llevó a ser campeón de España y convertirse en el auténtico ‘coco’ a los mandos de un Porsche. La quinta posición que lucía en su casillero tras el término de las cuatro primeras especiales no colman ni de lejos las expectativas de un equipo que comentaba estar divirtiéndose muchísimo pero que quiere recuperar su hegemonía.
Jonathan Pérez, por su parte, dispuesto a seguir reivindicando un puesto entre los grandes, empezaba sin embargo, lejos de su posición natural. Un hándicap para el asturiano de Peugeot que a partir de ese momento tuvo que iniciar su particular via crucis para recortar la distancia que le separaba del auténtico mejunje de la carrera.
Con Hevia situado en primera posición, Pons, Fuster, Pérez y Vallejo se escalonaban en una clasificación a base de importantes saltos que si bien en condiciones normales podrían ser definitivos, la complejidad de la tercera y cuarta sección con dos nuevas especiales (Nueva - Labra de 19.90 km y Arriondas – Carmen de 22.20 km.) dejaban en interrogante cualquier conjetura sobre el resultado final.
Superado el segundo trago todo permaneció igual. Así Hevia consigue su primera victoria de la temporada y de paso enderezar, al menos en lo moral, una temporada un tanto aciaga para los intereses de un equipo que en todo momento aspiraba a repetir la gesta del año pasado. Secundado por Pons, el catalán conseguía así retrasar el alirón de Fuster que de haber ganado en Asturias habría confirmado un nuevo título nacional. El valenciano era tercero en principio, pero una penalización de Xevi Pons al encontrar una anomalía en el turbo de su Lancer Evo X hizo que perdiera trece posiciones al penalizar 15 minutos. Fuster escalaba sin esperarlo a la segunda plaza y tenía el título aún más cerca, sobre todo porque al no puntuar su máximo rival, éste podría plantearse no hacer ningún rally más.
La lluvia pero sobre todo una mala elección de neumáticos hipotecaron las aspiraciones de los Vallejo en este rally que, sin embargo, se convirtieron en el mayor aliciente para los espectadores con continuas derrapadas conscientes de las dificultades que entrañaban luchar por el podio. Al final, con esa penalización de Pons fueron terceros. Por detrás y primero en dos ruedas motrices se instalaba el andorrano Joan Vinyes seguido en la clasificación por Álvaro Muñiz con el Lotus Exige GT. Quien no consigue la suerte necesaria para materializar tanto esfuerzo es Jonathan Pérez que tras una primera remontada y situado en una posición más natural sucumbía en el último tramo del rally aquejado de problemas en su Peugeot 207 Super 2000 pasando de la tercera posición a la séptima complicando sus aspiraciones en el Nacional.
