Aunque David Richards transmitió cierta imagen de normalidad en el pasado Rally de Suecia tras el anuncio de la pérdida de la oficialidad por parte de Mini, la realidad es que su programa mundialista vuelve a estar en el aire por enésima vez en lo que va de año. Por lo menos en cuanto a la cantidad de pruebas que disputarán una vez que el BMW Group ha decidido relevar a Prodrive y ascender al Team Mini Portugal y sus pilotos Armindo Araújo y Paulo Nobre.
Sin apoyo ninguno de la marca matriz, a partir de ahora todos los gastos del equipo corren por cuenta del preparador británico, que ya tuvo que prescindir de Kris Meeke como segundo piloto y poner su coche disponible al mejor postor. El cántabro Dani Sordo, que en ocho participaciones ha llevado al John Cooper Works en tres ocasiones hasta el podio, ha sido intocable, pero puesto que las reglas del juego han cambiado desde hace una semana, es posible que ese mínimo de diez rallys que iba a correr sea inalcanzable.
Richard Taylor, ha asegurado en algunos medios que la FIA les obliga a hacer un mínimo de siete pruebas de las que, por lo menos dos, deben ser fuera del continente europeo. En esas condiciones, el director del equipo admite que tienen que hilar fino con el presupuesto para garantizarse un mínimo de cuatro o cinco pruebas en Europa, entre ellas, Portugal.
Con tantos golpes de timón, Dani Sordo anda desorientado. No sabe qué rallys va a correr ni cuántos, pero esos supuestos diez firmados a pocas semanas del Montecarlo parecen una quimera. Incluso al ser cuestionado por el futuro del español, Taylor prefiere no hacer comentarios, algo poco alentador tal y como está la situación de su equipo.
Sin embargo, en Prodrive son perfectamente conscientes de que hasta ahora no han tenido a un piloto del talento, la experiencia y la consistencia del cántabro. Su programa en el mundial no se contempla sin él, incluso cabe la posibilidad de que en algunas pruebas cuenten con dos vehículos, pero el problema a día de hoy es que tras haber quemado los cartuchos de Montecarlo y Suecia… ¿cuántos más podrán gastar?