Con la sombra del desencuentro entre organizadores y federación de Tenerife cerniéndose sobre el provincial de montaña, el campeonato continúa su curso, con baja inscripción, si, pero apoyado por miles de aficionados que siguen acudiendo a disfrutar de una de sus modalidades favoritas. Quizás sea el momento, como apuntan algunas voces entendidas, de arrimar el hombro y corresponder al sostén de este certamen cediendo en pretensiones sin fundamento que ahogan las arcas y lastran la motivación de quienes se ponen al frente de cada prueba.
En este sentido, bravo por la Escudería Daute Realejos que con el apoyo del Ayuntamiento del Tanque y Garachico han estado de sobresaliente en la organización de esta cuarta edición de la Subida a El Tanque. El trazado de cuatro kilómetros y medio ha sido testigo de una nueva demostración de fuerza por parte de Nicolás Mesa (Ford Escort WRC) que una vez solventados los problemas mecánicos que padeció en la Subida a Vallehermoso- Tamargada, repetía victoria en la isla de Tenerife tal como hizo en la prueba inaugural de este campeonato. Además, era el segundo triunfo en esta rampa tras la lograda el pasado año y reforzando su liderato en el interinsular.
Una victoria no sin suspense. La igualdad entre los pilotos de cabeza fue manifiesta con diferencias escasas entre los siete primeros clasificados que en la mayoría de los casos mejoraron sus tiempos durante la segunda ascensión. Así, Rubén Martín (Mitsubishi Lancer Evo 5) fue el más despierto y con casi cuatro segundos de desventaja sobre el líder controló de reojo los envites de Iván Méndez (Ford Fiesta S1600) cuya montura, por fin, le dio un respiro. Sólo 731 milésimas separaron a ambos en la línea de meta lo que les permitió acompañar a Mesa en el podio de vencedores. Chicho Acosta (Porsche 911 GT3) parecía tener aquí una buena oportunidad para reivindicarse en un recorrido, a priori, favorable a las características de su vehículo aunque al final tuvo que ceder al mayor arrojo de sus oponentes para quedarse a 5.478 del vencedor.
Tampoco es que se lo pusieran fácil por detrás. Las distancias cortas propician el desarrollo de carreras mucho más apretadas y Félix Brito (Mitsubishi Lancer Evo 3), Eduardo Quintero (Honda Civic Type R) y Octavio Hernández (Honda Civic Type R) se colocaban a su zaga, dispuestos a pescar en río revuelto. Una ocasión que no llegó pero que les permitió bregar hasta el final por mejorar su clasificación, a menos de un segundo y un segundo y medio, respectivamente, de los dominios de piloto de Porsche. Hernández finalizaba, por su parte, a una décima de Quintero.
Tras este septeto se abrió una brecha de seis segundos encabezada por Iván Martín (Honda Integra Type R) en estrecho duelo con Eloy González (Peugeot 206 RC) por la octava posición. Airam Hernández (Renault 5 GT Turbo), a 1.975 de González y uno de los pocos que no pudo mejorar el tiempo de la primera manga, a punto estuvo de sucumbir a manos de Luis Hernández que rebajó en más de tres segundos su crono inicial para quedarse a 848 milésimas de arrebatarle la mejor clasificación entre los GT Turbo. Jesús Iván Jorge (Opel Corsa GSi) finalizó en la decimotercera posición como primer clasificado del Grupo 3.
Con una sola manga en su haber por un golpe que lo dejó sin rueda trasera izquierda en la segunda y un buen crono, José Antonio Afonso (Silver Car S2) ejerció su papel de favorito en barquetas para imponerse a su hermano Pedro Javier (Silver Car S2) por escaso margen y relegando a Fran Suárez (BRC) a la tercera posición por algo más de siete segundos. Orlando Méndez (Speed car GT 1000) cerró la participación en esta categoría a 8.595 del vencedor.
Fotos: Carlos Martín
