Junto a la reducción del impacto medioambiental de los vehículos la seguridad sigue siendo el principal caballo de batalla de los fabricantes. Audi parece haber dado un nuevo paso de gigante en este sentido proporcionando un nuevo impulso al desarrollo de una nueva solución en la que viene trabajando desde hace tiempo denominada suspensión predictiva que además incrementa el confort de los ocupantes.
La utilización de cámaras de vídeo y sensores capaces de leer e interpretar la carretera hasta 20 metros de anticipación serán claves para el desarrollo de estas suspensiones. Un algoritmo en el sistema de control las analiza y manda la información a las suspensiones para que estas reaccionen con anticipación. Ello ha permitido en una primera experiencia la conducción sin fuerzas laterales contrarrestando en las curvas la inclinación del vehículo o manteniendo el coche plano cuando atraviesa una zona bacheada.
Para su estudio, los técnicos de la marca han dispuesto de un Audi A5 Coupé 3.0 TDI quattro como demostrador tecnológico sobre un chasis activo. Con el sistema de cámaras instalado a bordo cuya aplicación ya se usa para otros sistemas de asistencia al conductor y otros avances los resultados han sido bastante esperanzadores. El sistema también reduce la fatiga del viaje en los ocupantes pudiéndose evitar los típicos mareos que se producen por el movimiento durante los trayectos.