La prueba de montaña más famosa del mundo lo va a ser más que nunca esta próxima edición que se celebrará el 30 de junio. Peugeot Sport y Sébastien Loeb son los culpables de que a uno y otro lado del Atlántico se hable y escriba tanto de la Pikes Peak International Hill Climb. Veinte días después del anuncio de la participación del nueve veces campeón del mundo de rallies por primera vez con la marca del león se ha mostrado cómo es el prototipo con el que competirán en la categoría reina, la ‘Unlimited’.
El coche, bautizado 208 T16 Pikes Peak’ conserva bien poco del que Peugeot Sport mostró inicialmente. Al estar en una categoría que deja mucha libertad a los ingenieros el resultado es un prototipo brutalmente agresivo. “Sus proporciones están bastante alejadas de las correspondientes al Peugeot 208 de serie –explica Michael Trouvé, responsable de silueta del Centro de Estilo de Peugeot–, pero esta diferencia descubre un coche bestial. Peugeot Sport nos dio a conocer sus condicionantes técnicos: anchura, altura de caja, posición de las ruedas, posición del motor… e intentamos adaptar a todo ello una ilustración extrema del Peugeot 208”.
Como admiten Lui y Attila Bocsi hay mucho también de estética pura en este coche que quiere representar una nueva fase comercial y deportiva para la marca. “Los leones de competición se esculpen y modelan a menudo con una noción de estilo y no se diseñan sólo en función de su paso por el túnel aerodinámico. El Peugeot 208 T16 Pikes Peak se enmarca en esta tradición con la integración de signos de identidad del Peugeot 208, un coche que supone una nueva generación para Peugeot”. Todos los miembros de la marca implicados en este programa recibieron luz verde en noviembre, así que la ejecución ha sido rápida.
Hay diseño y, por supuesto, mucho de túnel de viento. El alerón trasero, por ejemplo, es el mismo del Peugeot 908 que ganó las 24 Horas de Le Mans y junto al splitter le da una enorme radicalidad al coche. La marca se reserva tanto la decoración final como las prestaciones de lo que esconde bajo el capó.
156 curvas, 1.500 metros de desnivel, veinte kilómetros de recorrido... La Pikes Peak International Hill Climb es una carrera desproporcionada. Tanto como su historia, ya que es la más antigua sólo por detrás de las 500 Millas de Indianápolis. Sus orígenes datan de julio de 1858, cuando en pleno Colorado se descubrió gran cantidad de oro. Hasta allí viajaron decenas de miles de buscadores del sueño americano y tras la creación de un camino que conducía a la cima, en 1916 se puso en marcha esta carrera que, de alguna forma, rememora esa búsqueda de la gloria.
Al darse la salida a 2.800 m de altura y llegar a los 4.301 metros a lo lago de la ascensión hay una caída importante de la presión del aire. Los motores pueden llegar a perder un 30 por ciento de su caballaje y los pilotos también pueden llegar a sufrir por el esfuerzo a esa altitud. Antes se hacía en un recorrido de tierra, pero desde 2012 esta ‘carrera a las nubes’ se hace sobre un recorrido totalmente asfaltado. Los pilotos van descubriendo el recorrido sección por sección y la única vez que se enfrentan a él en toda su extensión es el día de la carrera. Esta 91 edición se celebrará el 30 de junio.