Todo va a ser especial para Sébastien Loeb y Daniel Elena en este Rally de Francia, el último de una carrera deportiva plagada de éxitos y récords. Hasta su Citroën DS3 WRC ha sido ataviado con una decoración inédita y que, seguro, va a inspirar miniaturas de colección conmemorativas de este adiós del mejor piloto de rallies de la historia.
Con un estilo muy Lotus F1, el coche que está conduciendo Loeb lleva sobre fondo negro mate todas esas plusmarcas que el alsaciano ha ido cosechando uno a uno desde que en 2002 obtuvo su primer triunfo absoluto. El ‘9’ de sus títulos mundiales preside buena parte del coche y muy cerca el ‘1’ de su único mundial Júnior, el que obtuvo en 2001.
Antes de llegar a casa el astro francés acumulaba 116 podios absolutos, 896 victorias de tramo (scratch) y ha sumado desde su debut en 1999 1.619 puntos en 168 rallies. Números todos que variarán una vez su palmarés contabilice su participación en este rally de casa en el que ‘Seb’ quiere despedirse a lo grande.