Sin órdenes de equipo que valgan porque a estas alturas de Dakar no se ve otro en el horizonte que no sea el X-Raid, la segunda semana de carrera se ha convertido en una persecución de Stéphane Peterhansel a Nani Roma. El catalán ha perdido en sólo dos etapas la mitad de su ventaja y los nervios van a empezar a aflorar en las cuatro jornadas que aún le quedan al raid sudamericano.
El francés, ganador de once dakares, busca el doce que equilibre el número de victorias en coches con el de motos. Roma busca reeditar diez años después el que consiguió en África sobre dos ruedas. Cada uno tiene sus motivaciones y sus razones por las que aferrarse al sueño de volver a ganar, pero la línea de Peterhansel es claramente ascendente y la de Nani viene dibujando una peligrosa pendiente desde que en la quinta etapa llegara a tener un muro de contención de 40 minutos frente a ‘Monsieur Dakar’.
De ese botín ya sólo quedan 12 minutos y diez segundos después de la novena etapa entre Calama e Iquique en el que el fesh-fesh ha sido una pesadilla para todos. El paso previo de motos y quads había dejado el terreno aún más suelto de lo esperado y en estas condiciones Nani Roma se mostró mucho más incómodo que su compañero de equipo, que se anotó su tercera etapa y la que hace ya 64 en toda su trayectoria en este raid.
“Cada vez me lo ponen más complicado, pero seguimos líderes y estamos contentos. Tras los pinchazos de ayer, he extremado la precaución y no he ido todo lo rápido que podía. Además, encallamos en la cresta de una duna, aunque logramos salir rápido y perdimos poco tiempo. Sabíamos que esta parte del Dakar sería difícil porque Peterhansel es muy rápido y hoy ha hecho una súper etapa”, reconocía Nani Roma.
Con Peterhansel primero y Roma tercero, la segunda y la cuarta también ha sido para pilotos MINI. Nasser Al-Attiyah sólo se ha quedado a dos minutos de esa primera plaza y Orlando Terranova, muy regular pero siempre un paso por detrás del trío de cabeza este año, pasó a 14 minutos.
A Carlos Sainz volvió a caerle un saco de minutos por culpa de la mecánica. Esta vez fue la rotura de un brazo de la suspensión en el kilómetro 195 lo que le llevó a levantar el pie del acelerador y así lograr llegar a la meta de Iquique como fuera. Perdió otras dos horas respecto a Peterhansel.