DEPORTE
WRC

Victoria sin paliativos de Latvala

  • Novena victoria consecutiva de Volkswagen, nuevo récord del WRC
  • Meeke sufrió hasta para defenderse de los ataques de Mikkelsen

El Rally de Argentina, prueba que desde 2005 no conocía otro vencedor dentro del mundial que Sébastien Loeb, ha sido escenario de la segunda victoria del año de Jari-Matti Latvala. El finlandés, segundo en la clasificación del WRC, ha mostrado la mejor de sus caras con una carrera prácticamente perfecta desde el principio y hasta el final.

Sólo precisó de tres tramos para superar a un Ogier que venía de una racha imbatible y cinco para establecerse como líder de esta carrera caracterizada por la inmensa variedad de escenarios, alturas y superficies. Ni rastro de la debilidad mental y la propensión al error que siempre se le ha achacado a Latvala; tanto que a medida que el rally fue avanzando Ogier, que venía extra motivado para ganar por primera vez en Argentina, acabó claudicando.

El verdadero punto de inflexión y lo que hizo al francés tirar la toalla fue el desprendimiento durante la segunda etapa de parte de la banda de rodadura del neumático delantero izquierdo de su Polo R WRC dañando todo lo que tenía alrededor incluido el paragolpes. Ante el riesgo de que el sistema de refrigeración dejara de funcionar, Ogier tuvo que activar el modo seguro en el motor y desde ese momento la posibilidad de presionar a Latvala se desvaneció.

El finlandés sólo cometió un error en forma de trompo en todo el rally y éste llegó justo en el momento en el que su compañero de equipo pasaba más apuros. Con la impresión de que en Volkswagen Motorsport quisieron dejar la clasificación tal cual acabó en la segunda etapa, en la tercera y última los mejores tiempos fueron para Mikko Hirvonen, hasta que en el Power Stage Ogier volvió al modo ataque para adjudicarse los tres puntos extra.

Con este resultado se consumaba un nuevo doblete de Volkswagen y un dato aún más rotundo: la novena victoria consecutiva del equipo alemán, rompiendo así la barrera de las ocho consecutivas que logró Citroën en el pasado y que Ogier igualó en Portugal semanas atrás. Ahora el reto es seguir empujando el listón más y más arriba.

En la picota después de los errores de los últimos rallies, Kris Meeke tuvo muy claro desde el principio que intentar seguir el ritmo de los Polo era una temeridad. Sobre todo cuando la primera etapa, la del viernes, eliminó de cualquier opción de aspirar a las posiciones de honor a su compañero Mads Ostberg (Citroën DS3 WRC) y al piloto que en Portugal más cerca estuvo de Sébastien Ogier, Mikko Hirvonen (Ford Fiesta RS WRC). El noruego arrancó una rueda de su coche y el finlandés lo estampó contra un muro, obligando ambos a trabajar muy muy duro a sus respectivos equipos para poder repararlos a tiempo para el sábado.

Visto el ritmo de Hirvonen durante la jornada del domingo, podría haber sido un clarísimo aspirante al podio, como también el noruego Andreas Mikkelsen. Un fallo en el alternador del irrompible Polo le obligó a abandonar al final de la primera etapa, pero cuando se reenganchó estuvo en los tiempos de sus compañeros de equipo. Esto puso en apuros a Kris Meeke, que acabó sufriendo al ver cómo su antiguo rival en el IRC, Andreas Mikkelsen, se le iba acercando en la clasificación. Al final el norirlandés de Citroën pudo salvar el ‘cajón’ por sólo 23’’ cuando había llegado a tener más de tres minutos de ventaja respecto a él. 

Con un terreno endurecido respecto a otras ediciones, este Rally de Argentina adquirió tintes de raid, de ahí las diferencias amplísimas que permitieron a pilotos reenganchados escalar en la clasificación. Fue el caso de Mikkelsen, pero también el de Thierry Neuville, cuyo Hyundai i20 WRC dio más de un problema a lo largo de los catorce tramos. Abandonó el viernes, pero el sábado escaló posiciones hasta situarse en la definitiva quinta plaza logrando incluso un scratch en su cabalgada.

La cruz del equipo Hyundai volvió a ser Dani Sordo. Michel Nandan había decidido ver cómo lo hacía en Argentina después de su gran actuación de Portugal, pero el cántabro sufrió un verdadero vía crucis desde el principio y hasta que abandonó mediada la etapa del sábado. No pudo hacer ni un solo tramo sin problemas.

Que este rally iba a ser de supervivencia ya lo sabía Robert Kubica. El polaco sufrió por la debilidad de su brazo derecho pero cumplió su promesa de cambiar el chip y afrontar las carreras con tranquilidad y sin otra meta que acabar. Lo hizo en sexta posición y conteniendo los ataques finales del joven Elfyn Evans, siendo así el primer piloto de Ford clasificado. Martin Prokop acabó octavo por delante de un Mikko Hirvonen en racha durante la última etapa. La décima fue para el ganador en WRC2, el catarí Nasser Al-Attiyah, que se sintió como en casa en un escenario casi dakariano.

 

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