En 2012, la temporada de su segundo título en el Intercontinental Rally Challenge (IRC), Andreas Mikkelsen tuvo que encajar una amarga derrota en el Rally Islas Canarias ‘El Corte Inglés’. Entonces tenía a su alcance su primera victoria en asfalto y había estado midiéndose a Jan Kopecky a lo largo de las dos etapas. Segundo arriba segundo abajo, el noruego llegó con tres de ventaja al último tramo, pero un problema mecánico en ‘Valleseco’ acabó relegándolo a la segunda posición final.
Entonces, al llegar a la meta del Parque Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria se sentó delante de su Skoda Fabia Súper 2000 y se quedó un buen rato digiriendo esa derrota. Ayer, en Suecia, la sensación fue muy parecida, con la diferencia de que esta vez lo que estaba en juego era su primera victoria mundialista y que se le escapó entre los dedos por un error de pilotaje también en la última especial.
“He tenido la oportunidad de lograr mi primera victoria en el WRC y he estado muy cerca de conseguirlo. Pero he cometido un pequeño error, he hecho un trompo y he perdido la oportunidad de ganar. En este momento es una situación amarga y decepcionante para mí, aunque podemos estar orgullosos de lo que hemos logrado a lo largo de la semana”, declaró el noruego, que se mantiene tercero de la provisional del mundial a 23 puntos de su compañero de equipo Sébastien Ogier.
Los tres pilotos implicados en ese pulso por la victoria –Neuville, Ogier y el propio Mikkelsen– afirmaron al llegar a meta que se habían dado lo mejor de sí mismos en los tramos suecos. Esta sensación y el hecho de estar rondando ya su primera victoria mundialista, sirve de bálsamo para el tercer hombre de Volkswagen, el único del equipo que sigue con la ‘evolución uno’ del Polo R WRC. “Hemos hecho todo lo posible por ganar hasta el último metro del recorrido, pero, desgraciadamente, hemos perdido nuestras opciones en el último tramo. Nunca pensé que algún día pudiera estar decepcionado por haber terminado un rallye en el podio”, afirma. Sobre esa primera victoria, Andreas está convencido de que “es solo una cuestión de tiempo”.