A pesar de haberse bajado de uno de los mejores coches de rallys de toda Europa, Alfonso Viera está ansioso de abrir la puerta del Porsche y, con él de una nueva y excitante etapa en su trayectoria como piloto. Hoy lo reconocía en Radio Canarias. “Tengo una ilusión increíble. Es un coche mucho más difícil de llevar, pero creo que para conseguir buenos tiempos no tendré que sacrificar una conducción espectacular. En realidad el Porsche ya es espectacular en recta, así que eso te quita mucha presión respecto a lo que era conducir el Ford”.
Aunque desde su equipo no quieren lanzar las campanas al vuelo hasta que el paquete con las arandelas del cambio rotas en el Rally Isla de Tenerife llegue a Copi Sport este miércoles, Alfonso Viera da por hecho que el sábado debutará con el que ya se puede considerar a todos los efectos su nuevo coche. Para los aficionados el Rally de Maspalomas será un pequeño adelanto de la campaña 2011, pero para el piloto de Copi Sport será una pretemporada en toda regla. Una ocasión de oro para ir haciéndose al volante con el que, no lo olviden, defenderá su corona desde Santa Brígida.
Ése será su estreno oficial, pero los primeros kilómetros los recorrerá un poco antes, a mediodía del próximo viernes, cuando –si todo va bien- hará un test en el Circuito de Maspalomas. “Será una prueba de fiabilidad de la caja de cambios y un buen momento para familiarizarnos con los mandos y el estilo de conducción, pero poco más. Quizá podré sacar alguna conclusión en ese apartado y aprender cuáles son los límites del Porsche”, reconoce Alfonso, que siempre ha empleado el trazado sureño para dar sus primeros pasos con sus coches de competición. Pero esta vez será diferente. “Es un vehículo muy distinto a los que he pilotado hasta ahora porque en asfalto siempre he llevado 4x4 y este es un propulsión trasera, así que voy a tener que cambiar mi manera de conducir y eso me va a llevar un tiempo”, admite.
Maspalomas será un rally para ir descubriendo el coche y sus secretos, aunque Viera reconoce que a lo largo de todo el año siempre ha estado ojo avizor a todo aquello que tuviera que ver con la puesta a punto del 911. “Le he preguntado a Marco o a los mecánicos sobre los cambios que se han ido haciendo o por los problemas que se pueden haber encontrado, así que tengo más o menos referencias”. La más directa fue en los pocos kilómetros que hizo cuando el Porsche acababa de llegar de Galicia y bajo la atenta mirada de Sergio Vallejo, su antiguo propietario, pero desde entonces no lo ha vuelto a catar. “Creo que voy a empezar con una puesta a punto más dura de suspensiones y, sobre todo, de las estabilizadoras respecto a la que ha estado llevando Marco. Quizá la sincronización del cambio, acelerando antes de bajar una marcha, sea lo que más me va a costar, pero creo que me acostumbraré a sacrificar la entrada de las curvas para salir más rápido. Todo será cuestión de tiempo”.
Más carreras
Con el rally de este fin de semana, Alfonso Viera y Víctor Pérez empiezan un proceso que, al menos a priori, no tiene fecha tope. La adaptación al Porsche, un coche con fama de difícil, es algo por lo que han pasado todos los que han corrido con él y a pesar de su palmarés, el grancanario sabe que esto va a llevar su tiempo. “Soy consciente de la situación –aclara-. Todos los pilotos, hasta nombres con muchísima más experiencia que yo lo han necesitado y, todos, han acabado yendo muchísimo más rápido al final. Ojalá en tres años sea capaz de disfrutar tanto al volante y de tener una sensación de control tan enorme como he alcanzado con el Ford”.
A su favor va a tener que a diferencia del WRC, con el Porsche no va a haber que tirar de calculadora y presupuesto cada vez que quieran añadir algún rally más a su calendario. El reducido coste de mantenimiento del GT respecto al Ford o incluso respecto a un Grupo N abre la posibilidad de una temporada mucho más activa para Alfonso, que afirma que si tiene que correr “más carreras para optar al campeonato”, lo hará. Sobre ésta del próximo fin de semana, el Rally de Maspalomas, el ya ex de Ford asegura que lo afronta "sin ninguna meta" más allá de aprender, ya que para él y para Víctor no será más que "una toma de contacto".
