TECNOECOLOGÍA
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Movilidad sostenible, movilidad responsable

  • Iniciativas como la SEM buscan crear conciencia entre la ciudadanía
  • Compartir coche se ha convertido en una tendencia cada vez más general

Los usuarios del automóvil también tenemos una gran responsabilidad en ello y el éxito o el fracaso de esta aspiración depende en buena medida del grado de concienciación y compromiso que se logre generar en la ciudadanía. Iniciativas como esta Semana Europea de la Movilidad promueven el uso del transporte público e incluso los desplazamientos a en bicicleta y a pie. Pero, dada la orografía de nuestras islas, son muchos los que necesitan el coche para poder colmar sus necesidades de desplazamiento.  

La implantación de los híbridos es una realidad y la de los coches eléctricos, como demuestras los últimos datos de ANFAC correspondientes al mes de julio, invitan al optimismo. Pero ¿podemos aportar nuestro grano de arena en esa búsqueda de un modelo de movilidad sostenible con un coche alimentado mediante un combustible fósil? La respuesta es sí y aquí van algunos consejos para conseguirlo.

 

1. Cuantos más pasajeros, mejor

Ante determinadas situaciones podemos contribuir a crear un entorno urbano más amigable con el medio ambiente. Por ejemplo, la Comisión Europea insta a aumentar el número de pasajeros por coche, intentando evitar así que cada usuario tenga que sacar el coche de su garaje para ir a trabajar. 

Ciudades como Madrid o Granada han incentivado esta medida mediante la creación de carriles para Vehículos con Alta Ocupación (VAO), limitado sólo a coches que lleven en su interior un mínimo de personas. En Canarias, concretamente en la isla de Tenerife, se están dando los pasos necesarios para implantar un carril de este tipo en la TF-5 como medida de choque para eliminar los atascos.

Pero independientemente de lo que hacen nuestras administraciones, el uso compartido del coche se ha convertido ya en tendencia y por ello han surgido plataformas y redes sociales como la francesa Blablacar o la española Amovens. Básicamente, estas herramientas sirven como punto de encuentro entre conductores que tienen previsto hacer un desplazamiento (diario o puntual) y que tienen plazas libres en su coche, con pasajeros interesados en realizar ese trayecto compartiendo gastos. 

 

2. Conducción eficiente: hasta un 15% de ahorro

Hoy por hoy, los conductores tenemos más herramientas que nunca a la hora de aprovechar hasta la última gota de combustible. Tenemos ‘eco asistentes’, sistemas de parada y arranque automáticos, de conducción ‘a vela’, aceleradores hápticos que nos ‘chivan’ cuándo ‘ahuecar’ para ahorrar, indicadores de cambio de marcha, modos de conducción ultra eficientes, aerodinámica activa, ruedas de baja resistencia a la rodadura y un sinfín de mecanismos cada vez más complejos pero que tienen ese mismo objetivo. 

Tenemos herramientas y también información. Empresas como DISA, la primera compañía canaria de distribución de productos energéticos está realizando una campaña de concienciación sobre la importancia de una conducción eficiente y los beneficios que ésta tiene en el cuidado de nuestro entorno y, también, en nuestro bolsillo. La eficacia de la campaña está fuera de toda duda cuando quien aconseja una serie de trucos muy sencillos es todo un Pedro de la Rosa.

Estos y otros consejos pueden ayudar a obtener hasta un 15 por ciento de ahorro medio de carburante y, por tanto, también en las emisiones de CO2. Al fin y al cabo, paralelamente al desarrollo de los sistemas de propulsión de los coches y la mejora de la calidad de los combustibles que han traído consigo mejoras en estos índices, también hay que informar a los conductores sobre estas técnicas de conducción tan sencillas como efectivas. 

• Suavidad

La brusquedad al volante es uno de los peores enemigos de la eficiencia. Acelerar y frenar con suavidad ayuda a mantener bajo mínimos los índices de consumo medio. Para ello, lo mejor es anticiparse a lo que sucede en la carretera estando muy pendiente del tráfico. Aunque no tenga nada que ver con el consumo, este tipo de conducción transmite tranquilidad y evita estrés. 

• Marchas largas

Hay que evitar revolucionar demasiado el motor, por ello la norma dice que hay que circular con marchas lo más largas posibles. En este sentido, los indicadores de cambio de marcha (shift indicator) que incluyen cada vez más coches de serie son un buen aliado. 

• Mantener la velocidad

Dejar que la propia inercia impulse el coche –la llamada ‘conducción a vela’– es una de las técnicas más efectivas a la hora de lograr bajar drásticamente la media de consumo. El control de velocidad nos puede ayudar a lograrlo, aunque para ello siempre va a ser necesario dejar una distancia prudencial con el vehículo que nos precede. 

• Las altas velocidades implican mayor consumo

Podemos cumplir a rajatabla todos estos consejos, pero si tendemos a llevar el velocímetro al límite, no servirá de nada. Cuando el coche circula a velocidades muy elevadas tiene que hacer frente a una mayor resistencia al viento y, sólo con mantenerla ya requiere de una gran cantidad de combustible.

• Parar el motor siempre que sea posible

La norma dice que si nos detenemos más de diez segundos, lo mejor es apagar el motor. El viejo mito de que un motor gasta más en ese proceso de arranque que al ralentí no es cierto, por ello los fabricantes han desarrollado sistemas que automatizan esta maniobra al llegar a un semáforo o al detenernos en un atasco.

• Dosificar el uso del aire acondicionado

Sí, sabemos que es muy difícil evitar la tentación de darle al botón del A/C cuando el calor aprieta, pero al hacerlo hemos de ser conscientes de que es uno de los enemigos más directos de la eficiencia. Cuando se activa se incrementa el nivel de exigencia sobre el motor, por ello es conveniente reservarlo sólo para situaciones en las que sea estrictamente necesario.

• Puesta a punto y neumáticos

No hay que menospreciar la importancia de un correcto mantenimiento del vehículo a la hora de poder mantenerse dentro del índice de consumo medio y emisiones previsto por el fabricante. Es igualmente fundamental revisar la presión de los neumáticos de manera regular. Algunos estudios indican que sólo con estar 0,4 bares por debajo de lo que debe el consumo de gasolina crece un diez por ciento.

 

3. La siniestralidad, bajo lupa

Para encajar el uso del automóvil en una aspiración como la de la movilidad sostenible hay que avanzar en más terrenos que el de las emisiones y los consumos. También abarca la reducción de la siniestralidad y, aunque vamos a ver en las próximas páginas cómo los fabricantes están sirviéndose de la tecnología para realizar avances espectaculares hacia una siniestralidad cero, la colaboración de quien está al volante sigue siendo determinante. 

Como recuerda la Fundación Mapfre, una conducción segura sólo requiere del cumplimiento de las normas de circulación, estar atento a las señales de tráfico y, especialmente, a los límites de velocidad. La correcta adaptación del puesto de conducción, el uso del cinturón y un adecuado mantenimiento del vehículo (sobre todo neumáticos y frenos) dejan de ser un tópico para erigirse en el abecé de la seguridad al volante. 

También se recomienda adaptar la conducción al tipo de vía y a las condiciones de la carretera y extremar la precaución en los desplazamientos ‘in itinere’, los de casa al trabajo y viceversa, ya que la estadística dice que es donde se producen una gran parte de los siniestros. La rutina, las prisas y las distracciones son las peores enemigas.

 

 

  


 

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