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Prueba

Dacia Duster 1.5 dCi 4x2: divertido y convincente

  • Su reducido peso afecta positivamente al rendimiento del motor

En la presentación que la Red Dacia de Canarias realizó a principios del pasado mes de mayo sintetizamos algunos de los aspectos que definen al Duster dentro de su segmento, el de los SUV compactos e incluso dentro de la gama de la marca rumana. Los suspicaces dicen que el papel (o la pantalla en este caso) lo aguanta todo, así que creímos que debíamos subirnos a lo último de Dacia para chequear si era cierto todo lo que nos habían contado de él.

Dentro de toda la paleta de posibilidades de motorizaciones y versiones, nos hemos subido al que tiene muchos números para ser el gran súper ventas, el 1.5 dCi de 85 CV en acabado Ambiance y con tracción delantera. Ya explicamos que su diseño con clara inspiración 4x4 era uno de sus mayores ganchos, si no el mayor. Está comprobado que la mayor parte de clientes que se decantan por un SUV no lo hacen por tanto por sus posibilidades off-road, sino por su línea, espacio interior, versatilidad de uso y, también, esa irracional sensación de mayor seguridad que transmite todo coche que sea más alto y más grande que la media. Por ello, la versión 4x2 con el motor que, a priori, mejor puede encajar en su carácter, era la mejor forma de tomar contacto real y directo con el nuevo Duster.

Su peso, principal baza

La primera afirmación que debíamos verificar es la que afirma que, por peso, el Duster precisa de mecánicas más pequeñas y con menos caballos que sus competidores para ofrecer unos rendimientos parejos. El motor 1.5 dCi rinde 85 CV a 3.750 rpm, eso para un coche cuyo peso en seco sólo es de tan sólo 1.255, puede resultar suficiente, pero una cosa es que resulte, y otra que lo sea.

Hay un dato en el que los responsables de Dacia hacen mucho hincapié y que, efectivamente, es importante: el Duster, con sus 4,3 metros de largo, sus 1,8 de ancho y 1,6 de alto pesa lo mismo que un Renault Clio con este mismo motor. Sólo hay 5 kg de diferencia. ¿Conclusión? Si el diesel common rail de 85 CV encaja en el Clio, debería hacerlo en el Duster.

Efectivamente, esta vez matemáticas y lógica se dan la mano en este caso. Así, en carretera, llaneando, a marcha lanzada y sin tener que ir buscando par a medias revoluciones con relaciones largas se comporta a las mil maravillas. Aquí, y en marchas cortas, echando mano de los 200 Nm de ‘patada’ a 1.900 rpm, es donde el económico SUV de Dacia se reivindica como lo que es, una opción más dentro de su categoría. Son las dos situaciones donde el Duster puede echar mano de esa ventaja comparativa, la del kilo. Ágil, vivo a la hora de incorporarse al tráfico, holgado en vías rápidas y divertido a la hora enlazar curvas de radio amplio manteniendo el régimen del motor alegre y sin dejarlo morir.

Superado el examen, decidimos cambiar el asfalto por la tierra para ver qué sensaciones transmitía a pesar de ser la versión 4x2. El hecho de no contar con tracción total es evidentemente importante, más aún cuando en diesel, el 4x4 sólo está asociado a la mecánica dCi de 110 CV, pero la generosa altura de su carrocería así como sus amplios ángulos de entrada y salida son un buen punto de partida para ver de qué es capaz. Y… qué demonios… ¡que apetecía!

Aquí de nuevo el motor es un buen socio para darse ese pequeño homenaje. La disponibilidad de suficiente empuje desde bajas revoluciones permite buscarle las cosquillas a este aprendiz de todoterreno que, no lo olvidemos, en su versión 4x4 hereda el sistema de tracción inteligente de Nissan, el mismo de nombres tan eminentes entre los SUV más salvajes como el X-Trail o el Qashqai. Con o sin este sistema, el Duster tiene buenos mimbres y las particularidades de su motor permiten sacarle punta en pistas sin grandes complicaciones. ¿Trialeras? Ahí mejor que dejemos al Duster dCi 110 4x4 lucirse…

La propia amortiguación, con recorrido suficiente y con un nivel de elasticidad considerable, da juego. Esto penaliza su comportamiento en asfalto, sobre todo a la hora de atacar curvas prominentes o intentando poner en práctica una conducción más resuelta, pero aquí sí el Duster nos advierte que no es su guerra. Recuerden las tres claves de éste y otros Dacia: robustez, funcionalidad y simplicidad, y en este sentido el primer SUV de la marca dependiente de Renault las cumple a pies juntillas.

Frugal y ecológico

Además, la elección del motor 1.5 dCi de 85 CV y el bajo peso del conjunto del coche influyen en otro de sus innegables encantos: su bajo nivel de consumo y, ya sea por verdadera conciencia ecológica o porque influye en el bolsillo vía impuesto de matriculación, sus reducidas emisiones. Son 5,1 litros de a los 100 km en ciclo mixto para un coche que para el día a día va sobrado. Además, con sus 135 gramos de CO2 por kilómetro, el Duster dCi 85CV se circunscribe dentro de la subgama Dacia Eco2, una denominación que va más allá de gasto de gasoil y emanaciones de gases y implicando detalles como la planta en la que se fabrica y sus certificaciones medioambientales, o el grado de reciclaje de todos sus componentes.

En cuanto al interior, nos reafirmamos en ese excesiva simplicidad, casi ingenua, de su puesto de conducción. Pero comprendemos que igual que hay conductores que se pirran por tener en su coche el último grito en mandos ergonómicos, con interfaces  desarrollados por la industria aeronáutica sobre consolas centrales con más botones que una sastrería, los hay que prefieren lo simple y saber, nada más verlo, para qué sirve cada pulsador. El Duster, como toda la gama Dacia, va enfocado a ese tipo de conductor que, eso sí, aporta más valor al espacio y a las posibilidades de carga. No lo olvidemos, uno de los aspectos que más se aprecia a la hora de añadir un modelo al abanico de posibilidades de un futuro comprador es el espacio del maletero. En estos aspectos de evaluación tan vitales, el Duster no sólo sale airoso, sale muy reforzado.

De lo que no hay duda es que el resultado es tan completo y redondo que el nivel de pedidos sigue creciendo exponencialmente en todos los mercados donde Dacia está presente. Y en los que no está, Renault y su socio japonés se están planteando comercializarlo –atención- bajo el emblema de Nissan. Este detalle, y teniendo en cuenta que hablamos de mercados como el africano, pero también del de Estados Unidos, deja bien a las claras la gran confianza que se tiene en el Duster.

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