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Teníamos mucha curiosidad por saber cuál era el secreto de su repentino éxito. El aluvión de solicitudes para adquirir el nuevo Arkana ha sorprendido incluso a los responsables de la firma, superando en intención de compra y
en muy poco espacio de tiempo a otros clásicos de la gama Renault.
Hay que decir que el nuevo traje le queda muy bien. La introducción de la nueva línea de diseño SUV cupé ha sido todo un acierto y unida a sus compactas dimensiones -mide 4,57 metros de largo, 1,82 m. de ancho y 1,58 m. de altura- le proporcionan una imagen que engancha al primer golpe
de vista. El diseño del frontal hereda los rasgos identificativos de los recientes lanzamientos de Renault, incluido los faros full LED y la firma luminosa en forma de C. También la banda luminosa posterior que en el caso del Arkana se convierte en un favorable complemento a su fornida complexión.
En nuestra unidad de prueba, los detalles de equipamiento específico pertenecientes a la versión RS Line resaltan esta impresión. Elementos como el listón cromado de la parrilla y los embellecedores lacados en negro en la base de las puertas son característicos de este acabado como lo son también la combinación bi-tono entre el techo y las cubiertas de los retrovisores con el color de la carrocería.
El techo en caída a partir del pilar B y el diseño exclusivo de las llantas modelo ‘Silverstone’ de 18 pulgadas perfilan aún más la actitud deportiva de la que presume esta versión. La silueta desciende suavemente hasta unirse con la luna trasera que a su vez desemboca en un insinuante alerón a la altura de los elevados hombros de la carrocería. Otro detalle es el embellecedor en acabado gris, encastrado en la sección inferior del parachoques y en cuyos extremos se sitúa la doble salida de escape.
A BORDO
Si estéticamente la vista exterior es toda una golosina no lo es menos la atmósfera interior, pura sintonía. La habitabilidad, teniendo en cuanta sus proporciones, es sobresaliente al tiempo que la estética deportiva domina toda la ambientación. Destacan los detalles de diseño en símil de carbono brillante en los paneles de las puertas y el salpicadero, el volante multifunción en cuero con una sueva forma hexagonal y los asientos tipo baquet en tapicería mixta cuero/alcántara. Quizás hay un exceso de referencias alusivas a su naturaleza – o no, cuestión de gustos-. Es el caso del embellecedor rojo que recorre longitudinalmente el salpicadero, pero sobre todo la estrecha franja que lucen los cinturones de seguridad, el caso es que no desentonan.
La sensación al volante, tras realizar una inspección al detalle de todos los mandos y paneles de información, es que todo está muy a mano. El acabado RS Line está asociado directamente con el motor E-TECH híbrido y eso hace que la configuración, en especial la del cuadro de instrumentos digital, adopte ciertas especificidades relacionadas con los flujos de energía en los distintos modos de visualización.
La pantalla central está orientada verticalmente y debajo cuenta con una serie de pulsadores, en algún caso destinado a hacer más sencillo el acceso a funciones del menú principal como el de los modos de conducción. En la misma columna central se encuentran los mandos del climatizador, y más abajo, una práctica bandeja para la carga inalámbrica del móvil y los conectores USB (dos) y auxiliar.
La consola central se reserva para el freno de accionamiento eléctrico con función Auto hold, y el mando
para la transmisión automática e-shifter. Justo detrás del reposabrazos con espacio interior de almacenamiento, se sitúan otras dos conexiones USB para los pasajeros de las plazas traseras.
Este alto nivel de detalle en la versión RS Line se extiende a otras funciones de confort como el volante calefactable, los asientos también calefactables y con regulación eléctrica, o el techo solar practicable con mando para el ajuste de la apertura. El maletero tiene unos más que aceptables 438 litros de capacidad.
ACERTADO
Renault hace extensible los beneficios de la mecánica híbrida E-TECH presentes en el Clio y Captur a esta versión del Arkana, todo un acierto. El sistema combina un propulsor de gasolina, de 1.6 litros y cuatro cilindros, con dos motores eléctricos, uno que haces las veces de complemento del propulsor térmico, y el otro, más pequeño, que permite arrancar el motor de gasolina y recuperar la energía en las fases de frenada y desaceleración.
La potencia total del conjunto es de 145 CV y se transfiere a las ruedas delanteras mediante una transmisión multimodo. La energía se acumula en una batería de 1,2 kWh de capacidad mientras el sistema hace una gestión inteligente y lo más eficiente posible de las distintas situaciones durante la conducción. El dato sobre consumo homologado, 4,8 l/100 km, es bastante exacto, y tiene mucho que ver también con el buen uso de los distintos programas de conducción -MySense, Eco y Sport-.
Se hubiera que ponerle nota sería la de un notable alto. En ciudad, donde la exigencia es menor, la mayor parte del tiempo circula en eléctrico, modo que incluso podemos escoger pulsando el botón EV. Si la energía acumulada en la batería ya no es suficiente se produce una transición casi inapreciable hacia el modo híbrido donde el sistema vuelve a combinar el motor térmico con el eléctrico. En carretera se muestra igual de solvente, también es bastante ágil y sorprendentemente estable enlazando curvas lo que llama la atención dado el peso elevado del vehículo, por encima de los 1.400 kilos.
Otra cuestión apreciable es que es muy silencioso y sólo en fuertes pendientes ha hecho acto de presencia el rumor del motor, en el resto de situaciones cero quejas. Durante la circulación en modo Sport, donde la exigencia es mayor, se producen cambios en el tacto del volante, haciendo que la dirección sea más directa, y en la transmisión, con transiciones más cortas entre marchas para exprimir todo el potencial del sistema propulsor.
