El desarrollo del nuevo Opel Astra encara su fase final y el estreno de la undécima generación del compacto se producirá en unas pocas semanas. Y es que desde el pasado invierno, el nuevo modelo ha sido sometido a todo tipo de pruebas, se ha afinado su puesta a punto y se ha validado en condiciones de uso real.
Desde Laponia pasando por las pistas del Centro de pruebas de Dudenhofen hasta las carreteras abiertas al tráfico de Rin-Meno, en los alrededores de Rüsselsheim, la ciudad natal de Opel y donde se sitúa la primigenia fábrica. Todo un maratón de test para, como avanza Mariella Vogler, Astra Chief Engineer, desarrollar una nueva generación del Astra sin concesiones y que entusiasmará más que nunca a sus conductores.
Su diseño audaz, sus tecnologías de vanguardia y su gama mecánica -incluida la propulsión híbrida enchufable- pretenden convertirlo en un referente en la categoría.
Todo es sometido a análisis, incluida la compatibilidad electromagnética (EMC) que se verifica a lo largo de todo su desarrollo pero esto qué significa. Un requisito indispensable para su homologación en Europa es pasar una serie de pruebas que garantizan que los sistemas electrónicos del coche no sufran interferencias. En todas las fases el vehículo se expone a emisiones radiadas en una amplia gama de frecuencias, los especiales materiales absorbentes de las paredes captan las emisiones transmitidas para que no se reflejen en la cámara. De esta forma, los ingenieros obtienen datos fiables sin interferencias. El nuevo modelo sólo tiene “luz verde”, y se le concede finalmente la homologación, cuando todos sus sistemas han demostrado su invulnerabilidad a las emisiones electromagnéticas.