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La bestia parda de Mercedes-Benz

  • Su motor es un 6,3 litros atmosférico de altas revoluciones
  • Función 'Race Start' y tres posiciones del ESP

Cada vez que AMG, la división de vehículos de altísimas prestaciones de Mercedes-Benz, saca un nuevo producto el mundo se para. Esta vez con mayor razón, porque le ha vuelto a tocar a uno de los modelos de batalla de la marca de Stuttgart y, además, bajo el sello de las aclamadas ‘Black Series’, una saga que surgió hace ahora seis años y que encarna mejor que nadie el ‘driving performance’ de AMG.

El Mercedes-Benz C 63 AMG Coupé Black Series es, así de entrada, el Clase C más potente de todos los tiempos. Son 517 CV de potencia y un par máximo de 620 Nm, un poderío que los diseñadores se han preocupado de hacer extensivo a su aspecto. Más ancho y más bajo su línea recuerda a la del SLS AMG GT3, la versión ‘carreras cliente’ del ‘Alas de Gaviota’, quizá porque como él, esta nueva vuelta de rosca al C de Mercedes-Benz simboliza una de las razones de ser de AMG desde hace 44 años: la transferencia de tecnología de la competición a la carretera.

La mayor parte de las modificaciones van enfocadas a lograr un mejor rendimiento. Sucede en las entradas de aire abiertas en el faldón delantero para alimentar mejor a los módulos de refrigeración sobre dimensionados. El capó fabricado en aluminio también dispone de dos aberturas para expulsar el aire caliente que genera el potentísimo motor de 6,3 litros de cilindrada.

Hay otras modificaciones imprescindibles en un coche de estas características como los perfiles oblicuos del faldón delantero o el splitter del extremo inferior delantero acabado en color negro y que tiene como fin optimizar el equilibrio aerodinámico del coche. Los insertos del mismo color en los faldones laterales parecen alargar este apéndice, mientras las aberturas (simuladas) del reverso de los pasarruedas le dan un toque radical fabuloso.

También las hay que se han incluido por necesidades del guión, por ejemplo las nuevas aletas más voluminosas que cubren un nuevo tren delantero algo más ancho (+40 mm). También las traseras se han ensanchado 42 mm a cada lado, debido al mayor ancho de vía del eje posterior (+79 mm). Las llantas de aleación de color gris titanio pulidas y 19 pulgadas han sido elaboradas -como en el SLS AMG- en tecnología de forja para lograr un plus de ligereza. En total pesan once kilos menos que sus homólogas convencionales.

La espalda del coupé Black Series es igual de cautivadora. Imitando también al SLS AMG GT3, el faldón trasero rematado por un difusor en color negro sobresale del conjunto y en él queda integrado el sistema de escape rematado por dos colas cromadas de sección rectangular. El alerón sobre la tapa del maletero y terminado en el mismo color de la carrocería, reduce las fuerzas ascensionales en el eje trasero para mejorar la estabilidad a altas velocidades.

Potencia y estabilidad

Y cerrando el círculo, la mecánica del C 63 AMG Coupé Black Series cumple con lo que promete su aspecto. Ocho cilindros, una potencia máxima de 517 CV y un par de 620 Nm desarrollados a partir de los 6,3 litros de cilindrada. El motor atmosférico de altas revoluciones M156 ha sido optimizado para su incorporación en el nuevo modelo de dos puertas incluyendo ahora los pistones forjados, las bielas y el cigüeñal de construcción ligera del SLS AMG junto a una nueva unidad de gestión del motor.

Las prestaciones son imponentes: de 0 a 100 km/h en sólo 4,2 segundos y 300 km/h de punta de velocidad a pesar de haber sido limitada de manera electrónica. El complemento perfecto es la banda sonora que emiten los escapes deportivos AMG.

La transmisión de fuerza corre a cargo del innovador cambio deportivo de siete velocidades Speedshift MCT AMG con cuatro programas de conducción, función de doble embrague y ‘Race Start’ para abarcar todas aquello que puede exigir un conductor de este tipo de vehículos. Y para que todo esté en consonancia, el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP) tiene tres posiciones: ESP On, ESP off para los duchos en esto de la conducción ‘a pelo’ de un coche de más de 500 CV y el ESP ‘Sport Handling Mode’ como paso intermedio. El diferencial autoblocante AMG en el eje trasero con acción de bloqueo tanto bajo tracción como en retención es también de serie.

También contribuyen al exclusivo placer de conducción el tren de rodaje con resortes ajustables AMG y unas nuevas barras estabilizadoras más robustas para reducir a la mínima expresión cualquier atisbo de balanceo e incrementar la estabilidad y el agarre. Redundando en estos beneficios la nueva servodirección paramétrica deportiva AMG proporciona un mayor control al disponer de un nuevo diagrama característico más preciso a la hora de traducir el giro del volante en una reacción del tren delantero.

El equipo de frenos AMG es de alto rendimiento e incluye discos de material compuesto con unas medidas de 390 x 36 mm en el eje delantero y 360 x 26 mm en el trasero.

Y para quien se quede con ganas de más (¿?), se puede ampliar el equipamiento con un paquete opcional llamado AMG Track que añade neumáticos deportivos y refrigeración activa del diferencial trasero y el kit aerodinámico AMG formado por flics delante, un splitter frontal con funcionalidad optimizada y un alerón trasero ajustable de fibra de carbono.

Un ‘cockpit’ de competición

Todo ese alarde de agresividad y prestaciones tiene su reflejo dentro en una cabina uniformada en color negro con elementos de contraste en rojo. Aquí la fuente de inspiración es el habitáculo de un auténtico coche de carreras, pero con detalles llenos de calidad. Los asientos AMG son, como no, tipo baquet y aunque de serie se ha suprimido la banqueta trasera, opcionalmente se puede pedir con cuatro plazas, todos con asientos individuales procedentes del C63 AMG.

El volante tiene la sección superior y la inferior plana e incluye levas de aluminio para el cambio de marchas. Los cinturones son rojos y, a juego, los pespuntes de volante, asientos, paneles centrales, reposabrazos, consola central y fuelle de la palanca de cambios. La moldura de efecto lacado brillante negro del tablero incluye el logotipo AMG Black Series, mientras el cuadro de instrumentos -con tres indicadores redondos específicos- añade un visualizador TFT tridimensional a color. Éste informa de la temperatura del aceite del motor, la modalidad ESP o marcha seleccionada. En la consola central, junto a la palanca selectora, hay un conmutador giratorio para los programas de cambio C, S, S+, M y la función Race Start.

Y como extra ultra deportivo, el C 63 AMG Coupé Black Series puede añadir el AMG Performance Media: un sistema heredado del SLS AMG y que encierra indicaciones telemétricas como datos del motor aceleración longitudinal y transversal y tiempos por vuelta.

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Comentarios

1 precioso el modelo parece de sueño gabriela garrido 23:05 31/03/2012

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