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Audi 'diseña' un sonido para sus e-tron

  • Cada modelo eléctrico de Audi tendrá su propio tono

Paradójicamente una de las grandes ventajas en términos de confort acústico de los coches eléctricos representa un riesgo para los peatones en entornos urbanos. La ausencia de ruido mecánico ha obligado a los fabricantes a idear un sustitutivo y en Audi creen haber dado con la solución. Lo han llamado Audi e-sound y es un sintetizador capaz de generarlo teniendo en consideración aspectos como la velocidad, carga sobre el acelerador o el régimen de giro del motor.

Cada paso que se da en esta nueva era de la industria de la automoción genera nuevas necesidades y desafíos. Por ello las marcas no sólo están teniendo que invertir grandes cantidades de recursos y tiempo en el desarrollo de motores eléctricos más potentes, eficientes y fiables. También están dedicando muchísimos medios a cuestiones que aparentemente pueden parecer insignificantes pero que no lo son.

Esas demandas –algunas intuiciones surgidas de estudio de mercado o simples intuiciones- han hecho que se creen nuevos departamentos impensables hace sólo unas décadas. Rudolf Halbmeir trabaja como ingeniero en Audi, pero en vez de tener carísimos equipos informáticos con pantallas de alta definición, su mesa está ocupada por un piano digital, dos altavoces con calidad de estudio de sonido conectados a su ordenador y revistas de música apiladas en un rincón. Él ha sido la persona encargada de idear un sonido que haga detectables y reconocibles la futura gama e-tron de Audi.

“El sonido de un vehículo –explica este ingeniero acústico– es similar a la música”. A diferencia de la de sus compañeros, su labor es más emocional que intelectual. El sonido de un motor térmico siempre va directo a las entrañas del conductor, especialmente a los de talante deportivo. Halbmeir sabe qué resortes activa el rumor de un motor: las bajas frecuencias sugieren poderío y las de rango medio, deportividad y agilidad. “Diseñar un buen sonido es una tarea compleja”, explica el doctor Ralf Kunkel, responsable de Acústica en Ingolstadt. “Con el paso de los años hemos reunido una gran cantidad de conocimientos, y también hemos aprendido a amplificar las frecuencias agradables y a suprimir los ruidos desagradables”.

Todo esto es válido para los propulsores térmicos, pero con los eléctricos el único sonido proviene del rozamiento de las ruedas sobre la carretera y, en fase de deceleración, del sistema de regeneración de energía. Frecuencias elevadas poco melodiosas y que había que acompañar de algo. Para crear un sonido Audi, Rudolf Halbmeir se sentó con sus colegas Axel Brombach y Lars Hinrichse. En sus ratos libres compone música tocando un montón de instrumentos, así que el proceso de creación de ese tono para los e-tron arrancó de una forma similar. “Puedo crear una especie de estructuras básicas sonoras emocionales. Confío en mis instintos, y he de ensayar nuevas ideas para determinar dónde me llevarán”, afirma.

El problema es que aunque las películas de ciencia ficción podían ser una buena fuente de inspiración, Halbmeir entendió que no había nada en el mundo real que ofreciera el sonido adecuado”, así que él y su pequeño equipo decidieron crearlo de la nada siguiendo su instinto, sus convicciones, pero también el profundo conocimiento de qué es un Audi por dentro y por fuera.

Además, también había que tener en cuenta la normativa que se está empezando a crear alrededor de este tipo de vehículos. En Estados Unidos, por ejemplo, ya se está elaborando y aunque Kunkel cree que sólo deberá asegurar “alertas audibles sólo hasta una velocidad de 30 km/h” porque, a más, “el ruido de rodadura ya es suficiente”, en Audi trabajan sobre un límite superior para estas alertas.

Artificial pero auténtico

Al resultado final lo han llamado “e-sound” y aunque es artificial defienden que es “auténtico”. El cómo se genera lo explica el doctor Lars Hinrichsen, experto en hardware y software: “Una serie de sensores suministran a la unidad de control los datos relativos a la velocidad de giro del motor eléctrico, la velocidad del vehículo, las cargas y otros parámetros. Todos estos datos se utilizan para generar el sonido”.

De su ‘emisión’, como aclara Axel Brombach, se encarga un altavoz anclado al chasis del vehículo. “Lo hemos diseñado para que funcione hasta con 40 vatios de potencia, pero durante el funcionamiento normal el rango de operación está entre 5 y 8 vatios. Suficiente para que tanto peatones como ciclistas puedan sentir que se aproxima”. Sólo una proporción mínima se filtra al interior mediante ondas transmitidas a través de la estructura. Podría haber sido más, pero el equipo de ingenieros acústicos junto a Ralf Kunkel resolvieron que la futura gama e-tron se caracterizarán por tener un ambiente de tranquilidad, “el que mejor transmite la experiencia de una conducción con propulsión eléctrica”.

Pruebas de sonido

Una prueba de que a pesar de ser un sonido generado de manera sintetizada quiere ser tan auténtico como el de cualquier otro coche con el emblema de los cuatro aros entrelazados es que Halbmeir y su equipo emplearon el mismo banco de pruebas acústicas en el que calibraron el ronquido de algunos de sus modelos térmicos más genuinos. Es una gran sala de alrededor de 350 metros cuadrados y con una altura de siete metros. Las paredes están forradas de densas filas de cuñas rellenas de fibra de vidrio para conseguir que lo que sucede dentro de esta inmensa habitación suene igual que al aire libre. En el centro hay un dinamómetro y, alredeor, filas de trípodes con micrófonos que recopilarán todas las señales acústicas.

Allí encerraron el prototipo R8 e-tron con el recién creado e-sound. Aquello les sirvió como punto de partida para el desarrollo del dispositivo, pero tuvieron que ir más allá. “No nos permitió evaluar realmente el sonido –explica Axel Brombach-. Nos faltaban las condiciones que se dan en una utilización cotidiana, como el movimiento, el viento y la presencia de otros vehículos. Por ello, después nos trasladamos a las carreteras actuales. Escuchar, ver, sentir… Al fin y al cabo, todos van a circular juntos”.

Y fuera, en la calle, el R8 e-tron sorprendió a todos. No era la voz que distingue al V8 de gasolina, pero se le parecía. Un ronroneó en lo que sería el equivalente del ralentí y, al pisar el acelerador, un rugido “puro y lleno de matices”, un sonido “envuelto en tonos brillantes e innovadores”. Como ven, en Ingolstadt hablan de él como un enólogo catando el más caro de los vinos, pero vean el video que acompaña este reportaje –sobre todo el final- para que vean que no exageran. El R8 eléctrico suena como un auténtico coche deportivo y futurista y Halbmeir, que sabe que lo tienen, lo para y pregunta con una sonrisa: “Muy bien, ¿verdad?”.

 

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