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Golf GTI Clubsport: felicidades

  • Máximo exponente de todo lo que encierran estas tres letras
  • Con el modo 'boost', su potencia se estira hasta los 290 CV
  • Agilidad y sensaciones muy puras al volante

Como ya les hemos contado, MotorEnLínea.es fue uno de los medios invitados al GTI Day celebrado en el Jarama el pasado 5 de noviembre. Entre los muchísimos actos programados alrededor de este macro encuentro de fanáticos de la saga deportiva de Volkswagen estaba la prueba de la versión más extrema del Golf GTI, el Clubsport.

Máximo exponente de todo lo que encierran estas tres letras, no podía faltar en la celebración del cuarenta aniversario del Golf GTI porque el lanzamiento de esta serie limitada tuvo precisamente esta efeméride como razón de ser. Y su gran reclamo, una versión potenciada hasta los 265 CV ampliables a 290 con la función ‘boost’ de su motor 2.0 TSI que, desgraciadamente, no pudimos exprimir a fondo. 

Tener 290 CV y 380 Nm de par en el tren delantero con asfalto completamente húmedo no parecía un buen negocio. Para provocar la puesta en marcha de ese modo ‘boost’ hay que pisar con fuerza el acelerador, activar el botón ‘kick down’. Desde la tercera y hasta la sexta velocidad y durante un máximo de diez segundos se dispone de esa potencia extra, pero para ello, hay que activar el modo ‘Sport’ en los perfiles de conducción. Puesto que éste trae aparejado una serie de cambios en el comportamiento de las suspensiones, los monitores que nos acompañaban desaconsejaron por completo su uso, ya que en lluvia el Golf GTI Clubsport podía ser demasiado nervioso. Hay que recordar que, de serie, dispone del chasis deportivo rebajado en 15 mm y un esquema de suspensión Performance en el tren posterior.

Lo cierto es que prescindir de ese comodín en forma de 25 CV extras no fue ningún problema. Porque el Clubsport es, per se, un coche hecho para poner los pelos de punta. Tampoco fue un problema pilotarlo con asfalto mojado porque así tuvimos la oportunidad de comprobar en cada una de las vueltas cómo trabajan los distintos sistemas de seguridad y asistentes a la conducción. 

Con esa actitud de ver una oportunidad en vez de un inconveniente, nos concentramos para empaparnos de sensaciones. Variando la trazada lógica en busca de una mayor adherencia, lo primero que salta a la vista al negociar el primer viraje, el de Fangio, es lo bien que actúa el diferencial de deslizamiento limitado XDS+. Aprovechando hasta el más mínimo agarre, la dirección de asistencia progresiva –con un compromiso perfecto entre control, precisión y confort– no se descompone en ningún momento. Tampoco, y esto es importante, acelerando al máximo entre curva y curva, momento en el que algunos coches tracción delantera con niveles de potencia muy respetables tienden a ‘flotar’. 

Mayor permisividad

Volviendo al XDS+, éste está en comunicación con el Control de Estabilidad (ESC) que en este coche ofrece una posición Sport para su disfrute en circuito y que se activa pulsando un botón de dos fases en la consola central. Con éste funcionando, el ESC actúa más tarde. En cualquier caso, Volkswagen ha logrado que tanto este sistema de seguridad como también el control de tracción (ASR), entren en escena de manera muy discreta y casi más como una ayuda al conductor que como un mecanismo que corta de raíz todo riesgo. Lo evita, es cierto, pero con discreción incluso en unas condiciones como la de esta prueba. 

Frenada potente y con una correcta progresividad, agilidad, sensaciones muy puras al volante –el conductor obtiene en todo momento un torrente de información a través de él– y un sonido que, al acelerar con decisión, hace que todo encaje al volante del Golf GTI Clubsport. Hasta en la bajada de Bugatti, donde había que conducir con suma suavidad y evitar todo golpe de dirección, el coche se comportaba con una nobleza exquisita. 

Obviamente, y nos van a perdonar por ello, esta vez no miramos ni un segundo a los datos de consumo medio del ordenador de a bordo. Nos tendremos que conformar con los datos oficiales que proporciona la marca –y de los que, seguro, nos quedamos muy lejos– que dicen que en ciclo mixto y con ese cambio DSG de seis velocidades, el Golf GTI Clubsport gasta 6,9 l/100 km, emitiendo con ello 158 g/km de CO2

Coche tributo

Siendo lo que es, un coche que rinde tributo a una saga de culto, el Clubsport está repleto de guiños a estas cuatro décadas y siete generaciones del Golf GTI. Así, su perfil lateral está basado en el GTI original. La primera generación se caracterizaba por la amplia franja negra decorativa situada en los laterales, a la misma altura que el parachoques, que unía los pasos de rueda frontal y trasero; ahora, esta franja se ha trasladado al nuevo modelo conmemorativo, como homenaje al Golf GTI de 1976, y se ha resaltado con el logotipo que identifica esta versión. En el nuevo modelo, la franja continúa hacia el morro hasta el deflector de aire situado en el parachoques frontal.

Pero mirando en detalle saltan a la vista evoluciones propias de esta serie limitada. Muchas enfocadas a mejorar su aerodinámica, como el difusor trasero pero también un nuevo spoiler de techo perfeccionado en un túnel de viento. Ya en un plano puramente estético, son característicos de este modelo el techo negro en contraste con al resto de la carrocería y a juego con las carcasas de los retrovisores, el nuevo paragolpes frontal, las estriberas laterales, unas colas de escape de mayor radio, unos pilotos trasero de color negro y rojo oscuro y unas llantas de aleación de 18’’ muy ligeras y que se pueden sustituir de manera opcional por unas de 19’’.

Del interior hay que poner en valor los asientos ergonómicos hechos a medida y con tapicería en tela de tartán. Su configuración baquet proporciona una sujeción del cuerpo ideal para una conducción deportiva; igual que el volante vestido en alcántara y con una costura en rojo a las doce en punto cuyo agarre es sensacional y su tacto inmejorable, como el del Polo R WRC. Además del tapizado en tela de tartán hay otros guiños muy GTI: el pomo del cambio de marchas en forma de bola de golf, la preponderancia del tono negro en el habitáculo y la presencia del emblema de esta saga en muchos detalles, incluso en los protectores de los umbrales de las puertas hechos de acero.

 

 

 

Autor
Róber Martí | Madrid
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