DEPORTE
Regional

"Nuestra mayor baza fue la tenacidad"

  • "Luchamos en inferioridad de condiciones con dos ruedas motrices"
  • "Como ouvrier, fue fundamental la figura de Toñi"
  • "Fui muy exigente con José Carlos Déniz, pero él dio la talla"

El pasado mes de noviembre se cumplieron 25 años del título de campeones de España de rallies de asfalto que José Mari Ponce y José Carlos Déniz lograron de forma matemática en el Rally Costa Brava de 1991. Un año histórico para el automovilismo canario por muchos motivos y que Motor en la Onda de Onda Cero Canarias ha querido rememorar en una entrevista especial con el eterno piloto de BMW.

Agustín Déniz, Roberto Martí y Javier Viera han intentado devolver al mayor de los hermanos Ponce a ese podio final en Lloret de Mar, con los nervios a flor de piel tras una temporada en la que tuvo que doblegar a la potente escuadra oficial Lancia con un BMW M3 del equipo Sauermann Competición y en un momento en el que los vehículos de tracción total estaban ya preparados para borrar del mapa a los propulsión trasera. 

Ese año fue también el del subcampeonato del mundo de Grupo N (lo logró sólo unas semanas después) de Fernando Capdevila y el de la aparición de Luis Monzón en el panorama nacional con dos podios en Península, una victoria en Tenerife y un séptimo puesto absoluto en el Rally de Cataluña mundialista.

La racha de podios de Ponce y un jovencísimo José Carlos Déniz en el arranque de la temporada fue la mejor base posible para alcanzar el liderato. La victoria en Santander confirmó la seriedad de su candidatura y ésta tomó el impulso definitivo con sus triunfos de Asturias y Madrid (Rally Valeo). 

Pregunta.– ¿En qué momento te das cuenta de que ese título está al alcance de tu mano?

Respuesta.– Nunca porque, aunque era el objetivo, sabíamos que iba a ser muy difícil salir victoriosos y, sin embargo, se fueron dando los hechos. Nuestra mayor baza fue la tenacidad de todo el equipo porque creíamos que podía ser la única oportunidad de hacer un campeonato de España al completo y había que luchar fuerte desde la primera carrera a la última. Teníamos las dos pruebas canarias para empezar y el cuarto puesto del Rally ‘El Corte Inglés’ era todo un éxito porque los que acabaron por delante no optaban al nacional y, además, con tres Lancia Integrale más. También fue muy difícil acabar segundo en el Rally Islas Canarias y, en general, fue un campeonato muy disputado. Sabíamos que en Península el mal tiempo es una constante salvo en verano y que íbamos a luchar en inferioridad de condiciones teniendo un dos ruedas motrices frente a la escuadra Lancia, el Ford de Luis Monzón o los de otros pilotos como Mía Bardolet. En teoría, eran todos coches a los que debíamos tener grandes dificultades para poder ganarles. 

P.– ¿Cómo se ve desde la perspectiva que da el tiempo un año tan importante como lo fue ese 1991?

R.– En aquel momento, con una enorme responsabilidad porque sabíamos que contábamos con unos medios limitados comparados con las marcas que estaban involucradas de forma directa en el campeonato. Y responsabilidad también porque sabíamos que los aficionados estaba muy pendientes de que por fin un canario y un equipo privado pudiera hacerse con el campeonato de España, algo que no había sucedido hasta ese momento. Estuvimos muy arropados durante todo el campeonato, no ya en ese punto final en el que se fletaron varios aviones para ver ese rally que podía decidir el campeonato, también a lo largo de todo el año. El seguimiento de medios fue enorme, tanto que los aficionados de Península seguían los rallies gracias a las radios canarias que daban el tramo a tramo. Los medios se comportaron de manera fenomenal y los aficionados estuvieron de diez.

P.– Estamos hablando de la época dorada del automovilismo canario. ¿Qué imagen tenía nuestro deporte y nuestros deportistas en Península?

R.– Se decía que los pilotos canarios sólo iban rápido en las islas y que no había habido ninguno capaz de serlo. Yo pensaba que eso no era cierto, porque hubo algunas incursiones de pilotos legendarios como Medardo Pérez que habían demostrado que podían hacer un buen papel. Aunque es cierto que no había habido ningún título, ese año llegó el gran éxito de Fernando Capdevila en el mundial o el nuestro. Es cierto que en aquel entonces no había limitaciones a la hora de entrenar, pero esto sucedía tanto para los pilotos canarios como para los peninsulares. Y nosotros, con tiempo y medios limitados logramos estar al nivel y conseguimos ese título. Y no sólo por tenacidad, también por echar mano al reglamento y saber qué convenía más en cada momento. En estrategia fue un colofón el inscribirnos en el último minuto con un 325 cuando Lancia había hecho un esfuerzo tremendo para llevar a varios pilotos incluso con licencia española para bloquearnos y al final no les sirvió absolutamente de nada. 

Se refiere Ponce a esa participación en el Rally España-Cataluña con un BMW 325i para estar en la clase N4 en vez de con el M3 con el que venía corriendo toda la temporada y que ha pasado a la memoria colectiva de los aficionados de este deporte. El ‘Costa Brava’ puso la puntilla al campeonato, pero el verdadero punto de inflexión estuvo en el Rally Principe de Asturias.

P.– ¿Por qué fue tan importante esa prueba? 

R.– Porque ya el campeonato había pasado su ecuador y empezaba a haber equipos que, como no tenían opciones al título, empezaban a decaer. Sin embargo, otros como Lancia, se fortalecieron. De hecho, en ese Rally Príncipe de Asturias trajeron un coche completamente nuevo para Pedro Diego y Gustavo Trelles estrenó motor y toda la mecánica. Nosotros también estrenamos motor porque sabíamos que iba a ser un rally muy difícil. Asturias tiene el asfalto menos abrasivo de todo el campeonato, así que sabíamos que no era nuestro terreno ideal. Pero habíamos corrido en anteriores ediciones y no se nos había dado mal. En el año noventa ya habíamos hecho alguna incursión por la zona y se nos daba bien. El poderío del equipo Lancia fue decayendo a lo largo del rally hasta llegar a ese tramo final con un minuto de ventaja con Pedro Diego y un tramo por delante con una longitud enorme en el que podía pasar de todo. Diego, fruto de los nervios, dio un llantazo y a mitad de tramo iba ya sin neumático, así que llegamos al final en paralelo. Aunque empatados en tiempo, al haber ganado el primer tramo nos hicimos con la victoria del rally. Ese paso fue definitivo. Incluso Lancia, sin querer dar el campeonato por perdido, nos reclamó el coche. Se verificó de punta a punta y estaba completamente legal.

P.– Toda esta tensión derivó en un rifirrafe con el propio Pedro Diego. ¿Qué recuerdas de aquello?

R.– Tuvimos incluso un Comité de Disciplina de por medio. Cuando un piloto intenta sacarte de la carretera salvajemente cada vez que lo intentas adelantar con el riesgo que eso implica para tu vida, es normal que los nervios se alteren. Él fue constantemente haciendo eso. Recuerdo que en una recta en la que ya lo teníamos prácticamente superado, tiró el volante a la izquierda y, si no freno, nos tira por un barranco muy profundo que había. Son cosas que cuesta digerir cuando uno tiene ya la adrenalina alta en los tramos. Sabemos que quienes estaban como responsables del equipo en ese momento le dieron órdenes de no dejar adelantar por nada del mundo y él fue obediente. Pero hay cosas que no se justifican de ninguna manera y, claro, cuando pasamos el control me fui hacia él. No llegamos a las manos por poco y como eso sucedió a la vista de los aficionados hubo una investigación, pero no sucedió absolutamente nada. En esa época no había teléfonos donde se pudieran grabar videos y fue muy difícil encontrar algo. Curiosamente me invitaron este año a una fiesta del motor en Asturias y allí apareció un video donde se ve con claridad lo que pasó. Eso habría venido muy bien al Comité de Disciplina, pero desgraciadamente eso ya ha prescrito.

La importancia del ouvrier

El deporte de los rallies es un deporte en equipo. Hay un piloto, hay un copiloto que fue José Carlos Déniz, y todo un equipo detrás en el que también estaba su hermano Toñi en el papel de ‘ouvrier’. Él también hizo su aportación en este título. “Me tocó una labor complicada –recuerda el menor de los Ponce– porque sabía que si cometía un error se pagaría caro. Pero tuve la suerte de acertar y con un copiloto ideal como fue Orlándo Yánez, acertamos todas las montas de neumáticos y eso hizo que Jose pudiera liderar el campeonato hasta el Costa Brava. Me perdí el Rally Valeo de Madrid por un problema de oído y ahí las pasó canutas...” 

R.– Fue fundamental la figura de Toñi. Hubo un rally que pudimos ganar en el último momento a Lancia porque él nos avisó junto a Toni Rodríguez que hacía la labor de jefe de equipo, de que estaba empezando a llover en un tramo que era decisivo. El cielo no indicaba lo que nos decían, pero les creímos e hicimos un cambio de neumáticos como si estuviéramos en la F1. Fuimos a la salida, empezamos a hacer kilómetros y en los seis o siete primeros creíamos que nos íbamos a quedar sin neumáticos porque era un tramo largo. Pero, de golpe, empezó a caer una manta de agua tremenda y ahí le sacamos una diferencia de casi un minuto a los Lancia. Eso nos permitió ganar ese rally. Sin embargo, Toñi no pudo viajar por una intervención quirúrgica al Rally Valeo y allí hice más trompos que en toda mi vida porque nunca acertamos con los neumáticos. Hubo un piloto [el peruano Ramón Ferreyros] que nos las hizo pasar canutas y nos sacó hasta minuto y medio en toda esa etapa de lluvia. Gracias a que acabamos acertando pudimos enjugar esa diferencia y acabar también en primera posición. Fue una puntilla muy importante después del Príncipe de Asturias porque nos permitía afrontar el Rally Cataluña con ciertas garantías.

P.– Háblanos de José Carlos Déniz. ¿Qué te hizo fijarte en un copiloto tan joven y sin casi experiencia? 

R.– Entre otras cosas, porque era una persona que ya conocía y con la que me relacionaba bastante en Sauermann porque incluso hacía de intérprete cuando venía algún técnico de nuestro coche o de la propia empresa. Por eso tuvo esa oportunidad de sustituir a Gaspar León, subirse conmigo y hacer ese campeonato. Seguimos siendo grandes amigos y jugamos al pádel juntos, pero no me canso de decir que debo pedirle disculpas porque le exigía una seriedad que no le correspondía por su edad. Era muy exigente en todo, pero él dio la talla, cumplió y superó las expectativas que había puestas en él. Si Toñi fue una persona clave en el campeonato, en el caso de José Carlos no puedo decir nada menos porque pasó muchas horas conmigo dentro del coche y eso sólo puede pasar con alguien con quien tienes mucha química. 

P.– ¿Qué planes de futuro tiene José Mari Ponce?

R.– Sigo teniendo ganas de correr y sigo creyendo que tengo aptitudes para hacerlo. A lo mejor tengo menos corazón, pero más conocimiento. Lo que necesito es dedicarle más tiempo para poder conseguir el presupuesto para hacer tres o cuatro carreras al año. No quiero más. Como muchos saben, estoy inmerso en una nueva etapa en la que he dejado la política para centrarme de nuevo en mi vida empresarial. Estoy demasiado ocupado como para dedicarle el tiempo que hace falta a conseguir ese presupuesto que necesito. Pero me gustaría correr y voy a hacerlo. Buscaré ese rato para conseguir el presupuesto y estar, como mínimo, en esas pruebas.

P.– ¿Te ves retirándote algún día?

R.– No me veo retirándome y, además, creo que seré de esos pilotos que, gustándome tanto el automovilismo como me gusta, nunca diré “es mi última carrera”. Tengo 61 años y seguiré pensando con setenta que aún podré correr, así que nunca tiraré los guantes ni diré que me voy. Esto me gusta demasiado y los aficionados saben que no necesito un coche ganador, mi satisfacción es luchar con la herramienta que tenga para sacarle el máximo partido. Con eso soy feliz.

 

 

 

 

 

Autor
Redacción
Etiquetas
No hay etiquetas asociadas
Comentarios

Comente:
Por favor, use un lenguaje apropiado. Todos los comentarios serán revisados antes de su publicación, por lo que no aparecen inmediatamente.

Publicaciones y blogs

MotorEnLinea.es emplea cookies propias y de terceros para mejorar su experiencia de navegación en nuestra página web y para realizar mediciones estadísticas. Si está de acuerdo con su uso siga adelante con su visita. En nuestra política de cookies puede obtener más información.
ACEPTAR