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Al-Attiyah, pie a fondo

  • Nani Roma, quinto a menos de un minuto.

Esta vez, no hay dilación. El 40º Dakar, que arrancó ayer desde Lima, va a tomar cuerpo a la voz de ya. Con la semana de dunas por la geografía andina que ha decretado Marc Coma como ración inicial de este Dakar, las estrategias, los planteamientos de otros años, se han reformulado para la mayoría de favoritos, no así para uno: el más irreverente de todo, Nasser Al-Attiyah.

Por mucho que mañana se inicien ya las hostilidades con la primera etapa de navegación pura programada en el rutómetro, independientemente de que, sobre el papel, pueda perjudicar, por tanto, salir primero a la pista, el catarí se ha dejado de gaitas, ha puesto de manifiesto, una vez más, la fe ciega que posee en sí mismo y en su copiloto, Matthieu Baumel, y ha dejado claro desde la prólogo que, después de dos años de sequía, está decidido a volver a ganar este Dakar.

A pesar del exceso de fogosidad que le descartó a las primeras de cambio el pasado año, Al-Attiyah se ha mantenido fiel a su estilo y ha salido a degüello desde el banderazo inicial, buscando con ansia establecerse en seguida al frente de la tabla de tiempos. Para ello, ha exprimido sin mesura el motor V8 atmosférico de su Toyota Hilux durante los 31 kilómetros de especial que han conformado el recorrido de la prólogo, en la que se ha mostrado netamente superior al resto, tal como pretendía, obteniendo una ventaja inicial de casi medio minuto (25 segundos) sobre su compañero de equipo, Benhard Ten Brinke.

El peruano Nicolás Fuchs ha dado una alegría a sus compatriotas, clasificándose tercero, tras las dos pick-up de la marca japonesa, al volante del prototipo con el que compite este año. El norteamericano Bryce Menzies se ha situado a continuación, con uno de los nuevos buggies -decorado de Red Bull- que estrena X-Raid, por delante del efe de filas del equipo, Nani Roma: quinto, a casi un minuto del liderato inaugural, por delante de las Toyota de Giniel de Villiers y Lucio Álvarez, y del otro 4x2 -la unidad oficial- que estrena su nuevo coéquipier, Mikko Hirvonen.

Por el contrario, al contrario que los 4x4, los Peugeot -como habían sugerido- han preferido arrancar el Dakar a medio gas para evitar abrir pista mañana, aunque la etapa, a priori, pueda resultar beneficioso a las cualidades técnicas del 3008 Maxi. Stéphane Peterhansel ha finalizado la prólogo en undécimo lugar, detrás de Martin Prokop, con una desventaja inicial de 2´15" respecto a Al-Attiyah, similar a la que ha registrado Carlos Sainz: decimosexto, casi empatado con Cyril Despres.

Del cuarteto de oro que integra el equipo de Sochaux, el más retrasado de todos ha sido su niño bonito Sébastien Loeb, que ha iniciado su tercer Dakar dejándose, de entrada, 5´37" respecto a la primera plaza, a consecuencia de un problema de frenos.

La carrera no ha hecho más que empezar, pero ante un recorrido como el de mañana, con dunas por doquier y ningún mapa al que recurrir en caso de extravío, pueden desencadenarse con celeridad historias sustanciales de cara al triunfo final.

Autor
Nacho Villarín
Periodista por vocación. Apasionado al motor desde crío. Especialista en rallyes de MARCA. Colaborador de MotorEnLínea, TodoRacing, Turini y Vuelta Rápida GT.
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